skip to Main Content
99 92 44 88 04 alfonso@psicologomerida.com

Lenguaje Sano, Hijos Sanos

Hay un proverbio que dice, “La muerte y la vida están en el poder de la lengua, y los que gustan usarla comerán de su fruto.”

Muchas veces no estamos conscientes del poder que tienen nuestras palabras, y menos de la manera en la cual nuestras palabras pueden afectar a nuestros hijos…por bien o por mal. Un niño no tiene el desarrollo intelectual para filtrar las palabras de las personas quien vea como fuente de cariño y autoridad en su vida. Las palabras de las mismas suelen tener un impacto directo en el desarrollo emocional y la autoestima de un hijo. Es importante que como papás estemos conscientes del lenguaje que se usa en la casa, y el efecto que el lenguaje puede tener en nuestros hijos.

Tus palabras tienen un significado. El error más grande que puedes cometer es pensar que tus palabras no tienen algún valor en las vidas de tus hijos. Tus hijos absorben lo que dices y como lo dices. Hablamos con intención y lo que decimos tiene un significado. Este significado puede ser positivo o negativo para el hijo que te está escuchando. ¿Qué tan consciente eres de las palabras que usas cuando hablas con tus hijos? ¿Cuándo vas a corregir a tus hijos, usas palabras despectivas y negativas, o palabras que alientan y motivan a tus hijos a mejorar? Por ejemplo, escucho a papás decirles a sus hijos cosas como:

– “Eres un travieso. No puedo creer que hiciste eso.”
– “Eres un desordenado. ¿Cómo puedes vivir así?”
– “Eres un irresponsable. Nunca vas a lograr algo con tu vida si no cambias.”

¿Qué crees que está escuchando tu hijo cuando le dices estas cosas? Está escuchando que es un travieso, un desordenado y un irresponsable. Puede ser que piensas que les estás ayudando ver la realidad de la situación, pero la verdad es que estás mal alimentando el auto-imagen de tus hijos con mensajes negativos que ellos absorben y eventualmente adopten como la verdad. Estando consciente del significado de tu lenguaje, puedes ayudar fomentar una confianza y autoestima sana en tus hijos, aun cuando les tienes que corregir. Vamos a ver otra manera de corregir a tus hijos usando los ejemplos arriba mencionados:

– “Eres un niño que le gusta hacer las cosas bien, y esta conducta no refleja la gran persona que eres.”
– “La manera en la cual mantenemos nuestros cuartos es una reflexión de la persona que somos. Siendo una persona excepcional, tu cuarto debería reflejar lo mismo.”
– “Veo en ti un futuro brillante y lleno de éxito. Ahora es el momento de ponerte las pilas y empezar a formar los buenos hábitos que te llevarán al éxito.”

Tus palabras son recordadas. ¿No es verdad que todos recordamos esos momentos desagradables cuando nuestros papás nos dijeron algo que nos hizo sentir triste o mal? Cuando esas palabras se repiten con suficiente frecuencia, se convierten en verdades que pueden acompañar a uno desde su niñez hasta su vida adulta. Tu hijo se va recordar cuando le dices que es un tonto, irresponsable, feo, mal portado, etc. No solo se recuerden estas palabras, pero se convierten en la manera en que el niño se ve a sí mismo. Si le dices “tonto” a tu hijo con suficiente frecuencia, eventualmente se va creer un tonto. ¿Qué será el resultado? Un autoestima dañado, rendimiento más bajo en la escuela, desmotivación en superación personal y más. Nuestros hijos no siempre van hacer las cosas de una manera perfecta y a veces van a mostrar una conducta incorrecta. Cuando esto sucede, es importante (como en los ejemplos antes mencionados) que hablas bien de tu hijo y le explicas que la conducta no muestra la buena persona que es. De esta manera tu hijo se recuerda de lo bueno y es motivado a mejorar su conducta.

Mamás y papás, tenemos la gran responsabilidad de criar a nuestros hijos con cariño, amor y nuestro mejor esfuerzo. Podemos ayudar a nuestros hijos crecer con una autoestima sana, confianza y la motivación de salir adelante en la vida. Esto en parte se logra en la manera que celebramos lo bueno y positivo en nuestros hijos, y que corregimos los áreas de mejorar usando un lenguaje positivo y afirmativo. Tu hijo jamás se cansará de escucharte reconocer sus cualidades buenas y sus fortalezas. Busca las oportunidades para afirmar lo bueno en tus hijos. Ten la consciencia de que todo que les dices se graba en ellos y les afecta. Recuerda: lenguaje sano, hijo sano.

Back To Top